Mucha gente goza de un buen nivel de ingresos, el cual le permite comprar o adquirir bienes o servicios que le da acceso a una calidad de vida por que no está al alcance de las clases populares.
A pesar de que existen marcadas diferencias en nuestras clases sociales, irónicamente, la deficiente educación financiera tiende a ser en muchas ocasiones la misma en nuestros diferentes estratos sociales. Es decir. La gente que gana más dinero no necesariamente es más rica. Solamente gana más y en muchas ocasiones gastas más. Mientras que una persona que gana menos, “en teoría” gasta menos.
¿En que se parece una persona con un sueldo de 100 mil pesos al mes a una que sólo percibe 15 mil, cuando ambos carecen de principios fundamentales de educación financiera?
Una de las respuestas más probables serían: No se pagan primero a ellos mismos.
Uno de los principales problemas sociales a los que nos enfrentamos los mexicanos, es a la percepción cultural de la riqueza. Es decir: Desde que éramos niños se nos imprimió en lo más profundo de nuestros genes, un estereotipo social de riqueza:
.Comprar y tener un carro del año.
.Una mansión lujosa y enorme, con servidumbre uniformada.
.Yates y aviones privados.
.Ropa de diseñador.
.El club de golf hiper mega exclusivo al que van los ricachones de la ciudad.
.Etc. Etc.
Desde las pláticas en las sobremesas familiares, hasta las interminables telenovelas de televisa, nos vendieron la idea de que un rico es una persona con uno o varios de estos argumentos. Sin embargo, lo que muy pocos saben es que la riqueza no se mide en posesiones. La verdadera riqueza se mide en libertad.
Ok, hasta este punto es posible que ya empieces a entrar en crisis, o por lo menos a reacomodarte en tu asiento. Déjame ponértelo más claro. Tu riqueza no se mide en el número de posesiones que tengas, sino en el tiempo que puedes vivir sin trabajar manteniendo el mismo estilo de vida que llevas hasta el día de hoy.
Vamos a verlo desde otro punto de vista. Si tu riqueza se midiera con base a todo lo que haz comprado a lo largo de tu vida, automáticamente serías más pobre al día de hoy. Ya que, a excepción de que seas un coleccionista de arte, la gran mayoría de tus objetos ya se depreciaron debido a que ya los usaste. Por lo tanto, si quisieras venderlos, recibirías menos dinero en comparación con el costo al que los adquiriste.
Entonces, si la riqueza no se mide en posesiones, ¿Cómo puedes saber qué tan rico eres?.
Aquí entra el principio de “págate a ti primero”. El cual de entrada suena bastante confuso:
El pagarte a ti primero quiere decir que Tú debes de tener tu propio sueldo, independientemente del ingreso que percibas. No importa tampoco si eres empleado o autoempleado.
Toma en cuenta que tú eres con toda seguridad, y aunque no te conozca, el ingreso pasivo de alguien más. Por ejemplo, eres el ingreso pasivo de:
.Carlos Slim, al pagar el plan del celular que usas mes tras mes.
.Del gobierno, al pagar la gasolina o el transporte en el que te mueves todos los días.
.Del banco o de tu arrendador, ya sea que pagues o rentes la casa que habitas.
.De netflix, por esas series tan adictivas que te obligan a pagar tu membresía cada mes.
La pregunta no debería de ser, de quién eres su ingreso pasivo, sino, ¿Cuanto dinero se queda realmente contigo?
Al acto de separar (desde el principio) a conciencia para ti solamente, cierto porcentaje de tus ingresos, se le conoce como “pagarte a ti primero”.
Te invito a que lo veamos de esta otra manera: Tú trabajas muy duro para ganar tu propio dinero, independientemente de tu profesión. Te costó muy probablemente muchos años de una carrera universitaria. ¿Cómo te sentirías si te dijera que la gran mayoría del dinero que tú percibes no es realmente tuyo, sino que ya le pertenece a alguien más? Es decir, eres el esclavo financiero de esa persona o empresa que te intercambia su producto o servicio por tu dinero.
Si bien, el ser el ingreso pasivo de alguien más no es algo que podamos evitar, definitivamente si podemos decidir a quien irá destinado. Pero más importante aún, ¿cuánto de TÚ DINERO quieres que se quede REALMENTE CONTIGO?
En los próximos artículos te daré consejos sobre cómo puedes pagarte a ti primero. Pero, para darte un tentempié educativo, yo recomiendo el principio 50-30-20. Esa vaina es la onda!.